En ese mismo momento se abre el circuito de interrupción, se corta la corriente y el brazo vuelve a su posición original. Cuando esto sucede, el circuito vuelve a abrirse y se repite nuevamente el proceso. El brazo experimenta una oscilación o vibración que hace sonar la campana repetidamente.
El sonido cesa cuando se suelta el interruptor del timbre (pulsador).
La frecuencia de la vibración y, por tanto, el tono del timbre, se puede alterar ajustando el tornillo de contacto.
La ventaja de estos timbres de vibración, es que funcionan tanto conectados a una corriente continua (baterías-pilas), como a una corriente alterna, a través de un transformador de bajo voltaje.
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